Ven al GP de Formula 1 de tu país y vive la acción en esencia pura; entradas a cientos de euros y con un pequeño descuento si vienes con tus hijos, atascos por doquier y suculentas cervezas a cuarenta euros, porque no dejaremos que las traigas de casa “que falta de tacto seria tal vulgaridad”. El ensordecedor ruido de los bólidos te llenara de pasión y vaciara tus bolsillos “el peso es siempre importante en la F1”, ese sonido te embaucará hasta bien llegada la noche, que será el momento de llegar a casa después de la apasionante caravana de vuelta. ¡Ah!, por favor, no olvides los prismáticos y la radio por si alguien te pregunta quien gano.
Hacia tiempo que los aficionados no veíamos una carrera de este calibre -como en los viejos tiempos-, por un momento pensé que los controles de tracción habían desaparecido -supongo que con ese adherente asfalto estaban activados al mínimo-.